top of page

Voces Itinerantes

En un sol cotidiano, brillante, grisáceo, alegre, melancólico, transcurren los días de las ondas circundantes, acompañadas de distintos instrumentos,  entre miradas que no esperan nada interesante, entre sillas  ocupadas y a la vez vacías, estas  toman el valor  de desafiar al conductor que les indicará la  bienvenida o la salida;  esperan ingresar al servicio público  que todos hemos habitado,  un servicio que tiene seguidores, un servicio a quienes  aburre e irrita hasta  perder la cabeza.

Todos hemos visto momentos con  escenas de rechazo, otros de alegría, cuando algunos seres invaden nuestro espacio de silencio,  de nubes mentales,   de sueño citadino o de charla con el vecino de la silla de al lado; estos seres entran improvistos con frases familiares para nosotros, con palabras que ya nos rondan  en la cabeza y pedimos que no repitan, muchos se encargan de las ventas, a la  palabrería y  otros a endulzar la vida con canciones tal vez repetidas, o mejor aún compuestas para ser reconocidas.

Por la puerta principal suben las personas esperando encontrar una silla, el conductor del bus viaja  con la música que le ánima,  mira por la ventana y esta quien le dice “señor me da permiso para cantar una canción”, muchas veces esta frase es ignorada, otras aceptada, en ocasiones no piden  permiso y simplemente se arriesgan a confrontarse  con el líder del volante; estando arriba pasan  muchas cosas por su cabeza, el corazón palpita y recuerdan el discurso con el cual atraer al público de las sillas, canciones del pasado, del presente, inéditas, empíricas e improvisadas se escuchan todos los días, esperando un aplauso y la moneda que dará fin  a su aventura indefinida.

 Cuentan  que la  primera vez enfrentarse a un público desconocido e itinerante,  el miedo se apodera   del cuerpo  de  los intérpretes, la duda empieza  a ser  de sus hazañas e impide  decidirse fácilmente  a exponer la voz ante estos seres, cuando te dejan ingresar a cantar, los nervios perduran  no sabes que decir, ni como decirlo, las palabras sobran, mientras sus piernas tiemblan  y la voz se vuelve tímida, y esta la única herramienta será expuesta a los aplausos o  al desprecio de los oyentes, la letra puede llegar a olvidarse, pero si se mira a un punto fijo es muy posible que se recuerde, cuando terminas igual que al principio no se sabe que decir, tan solo se espera el apoyo  de los presentes allí.

 Uno, dos, cuatro y hasta diez buses en hora y media,  las monedas se han multiplicado en diferentes sumas con el transcurso del día  y es muy probable que nuestro cantante esté dispuesto  a trabajar por varias horas  más, sin la necesidad de cumplir  un horario, sin tener un jefe que le este ordenando como desarrollar  sus funciones bien;  muchos  a los que les intrigaba  trabajar en los  buses, han visto todo  un sistema  económico que  funciona  con  las notas de su voz, afinada o desentonada, pero presente en el día a día  de su labor  como interpretes de la vida.

¿Pero que  piensan las  personas que  toman  un bus para acercarse al lugar a donde esperan llegar?, para muchos esta  labor no les interesa en lo más mínimo, oír a un aficionado cantar se ha vuelto tan común para muchos,  cualquiera  lo puede hacer, pero muy pocos interpretes tienen esa esencia, con la que se transmiten sentimientos, se invita a la reflexión y  a traspasar  límites entre el público citadino y ellos; hay a  quienes les parecen voces celestiales a otros ruidos infernales sin sentido; entre la diversidad  de géneros que se han puesto  al  albedrio del oído capitalino,   tal vez aquí  prosperen los géneros populares, quizás no todo está en juego y es muy probable  que la música que se considera  culta  no pase la  prueba de fuego entre llantas y frenos o  de pronto si,  la ambigüedad entre los gustos  musicales es muy amplia y  tal vez este sea un nuevo medio para   incorporar nuevos pensamientos  culturales en las personas.

Muchas de estas que trabajan  cantando en los buses o en la calle no se  dan cuenta  que tienen un poder de transmisión  gigante, es  cierto que muchas de ellas   trabajan de esta forma  porque provienen de otras ciudades  del país con grandes dificultades , porque no hallan  trabajo, buscan  dinero rentable,  porque necesitan  para su porción alucinante o simplemente porque desean ser escuchadas y  valoradas  como artistas y este es  el mejor medio para  exponerse a un  público. Pero  ¿qué pasa en estas intervenciones públicas que quedan  dilatando en la mente  del  receptor?, habrá  alguna  manera  de que  converjan en algo más, en una experiencia  que deje  aunque  sea una huella mínima  en el espectador,  subir a  cantar  no es solo  repetir o  declinar  una letra,  esta acción va ligada  a infinitud  de lenguajes, de simbolismos que  no se han explorado, el dinero pasa a ser un segundo plano  si tenemos en cuenta que la voz  es un medio de transmisión constante, de comunicación con el otro, un medio que usamos  diariamente  y del cual no se tiene conciencia  ni siquiera al  hablar.

Y vienen muchas preguntas,  por ejemplo ¿qué invita a cantantes profesionales  de música lírica  a explorar  los espacios públicos? ¿Será el dinero? ¿Esperan ser reconocidos? ¿Les indaga  como se escucha su voz  fuera de los grandes escenarios?    O ¿algunos de los  cantantes de las llantas se preocupan por algo más que el dinero  y   el reconocimiento?

La voz debe  entenderse  más que como un intermediario, como el medio con el cual expulsamos la naturaleza  de nuestro interior y la cual debe  traspasar  barreras,  no solo en los buses, en   otros medios  públicos, no como decir palabras por decirlas o entonar  por entonar; en nuestra  voz encontramos muchas más cosas, los gritos, los silbidos, los silencios  y otros  que  comunican  con el mundo exterior, entonces ¿por qué no le reconocemos su lugar a la voz?.

“Sin más amplificación que mi voz,

 construyo mi vida en la  ruta de la  supervivencia,

 de las historias que  diariamente son notas de  esfuerzo,

 aplausos alegres,

 insultos del seguir,

pero siempre cantos del corazón”.

bottom of page